Qué es (realmente) el autocuidado
Últimamente se habla mucho de la importancia del autocuidado; pero ¿a qué se refieren todos esos profesionales, textos de redes sociales y blogs?
Hoy en día entendemos el autocuidado como el conjunto de acciones que llevamos a cabo para mantener nuestra salud física, bienestar emocional y desarrollo personal. Son maneras de atender lo que necesitamos en diferentes ámbitos de nuestra vida para conseguir llegar a un equilibrio físico y emocional. Pero para nosotr@s, el autocuidado es mucho más que esto, aunque os lo explicaremos un poco más abajo.
Siguiendo con la descripción típica… Para empezar a poner en práctica el cuidado sobre nosotrso mism@s, es imprescindible saber cuáles son los ámbitos a los que nos referimos:
- Físico: con acciones como una alimentación saludable, un aseo apropiado, horas de sueño suficientes, ejercicio físico, pero también muy importante, el conocimiento de hábitos nocivos o el acudir a las citas médicas o pedir ayuda de los profesionales cuando se detecta que es necesario.
- Psicológico: conocer nuestros estados emocionales y nuestra manera habitual de pensar, trabajar en cómo nos vemos a nosotros mismos, aprender técnicas de afrontamiento para situaciones complicadas, planear proyectos futuros que nos ilusionan, hablarnos y tratarnos bien a nosotros mismos. Quizás este ámbito es el que requiera más autorreflexión y mayor autoobservación, de todos.
- Gestión del ocio, tiempo libre y la obligación: es muy importante mantener la balanza equilibrada entre lo que deberíamos hacer y lo que nos da placer hacer; y siempre y cuando sea posible, elegir los caminos en la vida que nos lleven a que ambas sean la misma cosa (no hay nada más gratificante que trabajar en lo que a uno le gusta, por ejemplo).
- Social: cultivar una buena red de apoyo, evitar relaciones dañinas y personas tóxicas, aprender a decir que no, aprender a poner límites y defender lo que queremos, no anteponer siempre las necesidades de los demás a las nuestras, guardar tiempos para uno mismo y para las amistades y la familia, para el descanso y el tiempo libre.
Y conocer lo anterior es importante para identificar qué áreas necesitamos cuidar más pero como he dicho antes, para nosotr@s, el autocuidado es mucho más. Es un acto de:
- Autoconciencia y autorreflexión: porque exige lo primero, ser capaces de ponernos las gafas de mirarnos a nosotros mismos y reflexionar sobre lo que vemos
- Valentía: porque ese mirarnos, no siempre es fácil ya que requiere poner el foco de atención en lo que nos falta o en lo que tenemos deficitariamente. Por ejemplo, el proceso de autorreflexión nos puede llevar a ser conscientes de que la relación con alguna de las personas de nuestro entorno, (habitualmente tan allegados como pueda serlo algún familiar), nos es dañina en algún aspecto. Ser capaces de ver esto y ser conscientes de ello, no siempre es fácil y en ocasiones requiere hasta de ayuda terapéutica.
- Coherencia: porque una vez que identificamos lo que necesitamos para cuidarnos más y mejor, necesitamos poner coherencia entre nuestra manera de pensar y nuestra forma de actuar.
- Asertividad y compasión con los demás y con nosotros mismos. Porque en muchas ocasiones va a ser necesaria además de valentía, ser asertivos con nuestro entorno, saber decir que «no» si algo nos perjudica o no es coherente con la manera en la que queremos cuidarnos; y para ello, podemos apoyarnos en la compasión por nosotros mismos y nuestras necesidades.
- Disciplina y constancia: porque el autocuidado no se trata de un único acto, sino que podríamos decir que se trata más bien de una «filosofía de vida».
Después de todo esto, podemos sentir que el autocuidado es un acto egoísta en el que dejamos de tener en cuenta las necesidades de los demás. Sin embargo, cuidarse no supone dejar de lado a los demás y sus necesidades, sino que es necesario saber mantener la balanza equilibrada entre cuidarse y priorizarse a uno mismo según en qué situaciones, y el ayudar y estar para los demás. Entender el autocuidado como una manera de estar únicamente pendiente de lo que yo necesito nos cierra puertas a la hora de dejar que las personas que nos rodean nos nutran. No se trata de un acto individualista, sino de una manera de encontrarnos mejor en nuestro entorno y en nuestras relaciones.; desde ese lugar de bienestar nos será más sencillo poder ayudar a los demás de la manera que queremos, respetando al mismo tiempo lo que nosotros necesitamos.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que no siempre vamos a poder atender nuestras necesidades, lo importante es identificar qué os hace bien y tenerlo presente, aunque no siempre podamos llevarlo a cabo. Por ejemplo, sé que dormir me hace bien, pero he tenido una semana de trabajo dura por lo que no voy a poder atender esa necesidad durante la semana, pero intentaré tomarme el fin de semana con más calma para poder descansar.
Y como ya hemos mencionado, adquirir la habilidad de conocernos para darnos lo que necesitamos supone un compromiso y una responsabilidad con nosotros mismos, que vamos desarrollando a lo largo de la vida a partir de auto observarnos y prestar atención a cómo nos sentimos, identificando señales de bienestar o malestar en diferentes situaciones, tomando decisiones para autorregularnos y valorando posteriormente, qué resultados ha traído en nuestro bienestar. Por lo tanto, vamos reflexionando sobre nosotros mismos, cuando empezamos a emprender estas acciones, valorando si estas nos alejan o nos acercan a nuestro bienestar. Y en función de los resultados que obtenemos, aprendemos qué acciones nos sirven, aumentando nuestro autoconocimiento.
Y esto nos lleva a la última de las características: el autocuidado es individualizado y personalizado, lo que le viene bien a una persona, puede no serle positivo a otra, y de ahí que las pautas generalistas deban ser solo una guía que nos sirva de base, es importante que tú encuentres tu manera de cuidarte a ti mismo, de reconocer qué cosas te hacen bien y son saludables para ti y de esta forma.
El resultado de practicar un buen autocuidado es un aumento en la calidad de vida ya que proporciona bienestar y salud física y metal.
Texto: Verónica Vega y Patricia Riera
Imagen: Lidia Ponce